En los últimos años los medios de comunicación cuando nos hablaban de la lectura en general, nos bombardean con comentarios de tipo
“los jóvenes no leen ni tienen hábitos de lectura”, actualmente en nuestro país se está desechando poco a poco esos comentarios y ahora se dice que es un mito, y que poco a poco el hábito está llegando a más personas, ya que se les inculca desde pequeños.
Según el ministerio de educación, cultura y deporte,
la producción de libros infantiles y juveniles se encuentra en nuestro país activa, y es junto al Texto no universitario y Literatura, una de las tres materias que concentran un mayor número de títulos y ejemplares editados.
Aunque todavía muchas personas adultas se muestran recelosas, y siguen afirmando que los jóvenes no leemos, y que perdemos nuestro tiempo con el mundo de la tecnología; ambas actividades son compatibles y una no quita que no se pueda realizar la otra, como es mi caso.
¿Es verdad que los jóvenes no leemos? Sinceramente yo creo que
esa afirmación es falsa. Es verdad que si tu le preguntas a un adolescente si tiene hábito de leer o le gusta esta actividad te va a contestar de forma negativa, en su mayoría.
Pero mi conclusión es que los adolescentes que afirman que se aburren leyendo no han encontrado un libro que se adapte a sus gustos y preferencias, aunque también hay casos en los que no les gusta, porque para gustos los colores.
La
familia es el primer factor que influye sobre nuestros gustos y actitudes, una buena forma de inculcarnos la lectura es en nuestro entorno familiar, donde desde pequeños nos pueden inculcar la lectura, haciendo visitas a bibliotecas o librerías, leyendo junto a nosotros los adultos…
Por otro lado en la
escuela/institutos nos intentan introducir en esta actividad muchas veces sin éxito, pues las lecturas que escogen suelen ser aburridas, pesadas y con poca dinámica, además de que nos hacen leer los clásicos, que son necesarios y que no digo que quiten su lectura, pero muchas veces no son adecuados a las edades con la que nos hacen leerlos.
Este curso, he realizado un “estudio” sobre la lectura y los jóvenes. El 95% de mis compañeros de clase no les gusta leer ni pasar el tiempo junto a un libro. En la clase de lengua y literatura nos mandan realizar un trabajo sobre una lectura que realicemos a lo largo del trimestre, y aquí es donde entran dos individuos diferentes, dos compañeros diferentes me piden que les preste un libro a cada uno.
Hablando con ellos y conociendo sus gustos escogí dos libros de mi estantería: “La caza” de Andrew Fukuda y “Un beso en París” de Stephanie Perkis. El primer libro era para una persona que no le gustaba la lectura y que tardaba mucho en leerse los libros, y el segundo para una persona que si le gustaba la lectura.
Una semana después ambos se habían leído el libro. Y ambos me preguntaron por su segunda parte y entablamos por separado conversación sobre los libros. Ahora me diréis pero si al primero no le gustaba la lectura ¿cómo se ha leído en tan poco tiempo este libro? pues las páginas le atraparon y le engulleron o sencillamente encontré un libro adecuado a sus gustos y que pensé que le podría gustar.
¿Son los jóvenes los que no leen? O simplemente no encuentran una lectura que se adapte a sus gustos o sencillamente no tienen a nadie que les pueda asesorar a la hora de escoger una lectura acorde con ellos.